En primer lugar, limpiaremos los mejillones, para ello nos ayudaremos de unas tijeras.
Empezamos retirando de las conchas (valvas) las barbas que se encuentran atrapadas entre ellas. No tires de estos filamentos, o corres el peligro de arrancar con ellos la carne del mejillón.
Por último, ponemos los mejillones bajo el grifo, y con un estropajo de aluminio eliminamos de las conchas los restos orgánicos y arena que tienen adheridos, si hay algún crustáceo que se nos resiste, utilizaremos un cuchillo para retirarlos. Todo esto hazlo con cuidado de no romper la concha y de no cortarte.
En segundo lugar, y ya con los mejillones bien limpitos, los introduciremos en una olla que sea ancha, en la cual habremos introducido dos hojas de laurel.
No añadiremos agua, ya que los vamos a cocinar al vapor, y es suficiente con el agua que tienen los mejillones en su interior. Tampoco añadiremos sal.
Seguidamente, tapamos la olla y la ponemos al fuego, durante seis o siete minutos, durante este tiempo movemos la olla dos o tres veces, agitándola de atrás para adelante.
Trascurrido el tiempo, retiramos los mejillones que estén abiertos y los ponemos en un plato. Los mejillones que no estén abiertos los dejamos al fuego, sin tapar, dos o tres minutos más, y los sacamos también. Si queda alguno sin abrir los tiraremos, ya que estarán en mal estado.
Después de que se hayan enfriado un poco, les quitaremos la concha superior, la que no tiene el mejillón pegado, y los ponemos en un plato, y reservamos.
Pipirrana
Ahora ya le toca a la Pipirrana, hay quien también lo llama picadillo.
Antes de nada hay que limpiar toda la verdura; tomate, pimiento verde, cebolla y el pepino, una vez limpia, la trocearemos en cubos pequeños, de aproximadamente un centímetro. De esta manera podremos rellenar la concha fácilmente.
Con toda esta verdura ya picada tenemos la pipirrana, aunque bueno, en realidad nos falta mezclar toda la verdura, y aliñarla con un poco de sal, aceite de oliva y vinagre. Ahora si la pipirrana ya está lista.
Vaya, parece que ya llegamos al final, y como el titulo indica, receta de mejillones con pipirrana, solo nos resta juntarlos.
Para ello, cogeremos los mejillones uno a uno, y con ayuda de un tenedor o cuchara los iremos cubriendo con la pipirrana. Después lo emplataremos de la forma que más nos guste.
Otra forma de servirlos sería, poner los mejillones en un plato y la pipirrana en un bol aparte.
Uuuuuuum, están tremendos.